Las similitudes entre lo que sentimos los humanos y lo que sienten los animales
Basta con ver las expresiones de los animales cuando se comunican con personas u otros animales, o sus reacciones en distintos eventos de felicidad, angustia o miedo para preguntarnos: ¿sienten los animales igual que los humanos?
Los animales poseen emociones y establecen vínculos de apego con otros seres vivos. Basta con ver sus expresiones cuando les decimos algo, la felicidad que demuestran al vernos o el llanto que manifiestan cuando algo los perturba. Animales y humanos compartimos entonces el experimentar emociones y las necesidades de apego.
Vivimos en una sociedad en la que los animales forman parte de la cadena de producción, pero tristemente, muchos viven en condiciones que van en contra de su naturaleza, pues el hombre parecer olvidar que ellos también sufren como nosotros.
Uno de los vínculos que desarrollaron se denomina vínculo materno filial. Al igual que los seres humanos, los animales establecen un lazo con su madre dentro de las primeras horas. ¿Cómo lo hacen? Por ejemplo, gracias al olfato. Éste será su guía ya que muchas crías nacen ciegas o sordas.
El olfato resulta muy importante dado que, entre tantos animales juntos, sería imposible que cada madre reconociera a sus hijos. Por ejemplo, cuando un pollito recién abre el cascarón, encuentra a su madre, se reconocen y hacen un vínculo tan poderoso que sin cuestionamientos sigue a esa gallina a donde sea que vaya.
Entre las emociones que experimentan los animales y se asemejan a los de los seres humanos, están la tristeza, la angustia, y el dolor. Los animales pueden llorar al alejarse de sus crías o al perder a un ser querido. Cuando fallece una vaca, su comunidad le brinda una despedida rodeándola y olfateándola. Incluso, varios estudios han comprobado que las vacas recuerdan a otras que ya han muerto.
Por último, es importante señalar que los animales también sienten alegría o felicidad y eso se hace posible si se respeta su comportamiento natural. Los animales necesitan estar con sus seres queridos y vivir en comunidad. Por ejemplo, si encerramos a un caballo sin que tenga contacto con compañeros, el animal no será feliz porque no está pudiendo desarrollar su comportamiento natural.
Al conocer estas afirmaciones, resulta imposible no pensar en el bienestar animal. Los animales deben tener una vida digna, tienen que ejercer sus 5 libertades. Entendemos que mucha gente no quiere ser vegetariana, pero lo que se puede hacer como consumidor para frenar el maltrato, es indagar acerca de su origen, el trato que reciben y cómo tienen que vivir en bienestar.
Hacen falta prácticas más humanitarias, más conscientes, que brinden espacios de movimiento y calidad de vida. Pero sobre todas las cosas, lo que precisamos es empatía; entender que los animales también sienten y que merecen vivir dignamente, al igual que todos.
Ecoportal.net
World Animal Protection (Protección Animal Mundial)
https://www.worldanimalprotection.org