La Fundación Vivo Sano y Hogar sin tóxicos han encuestado a 101 empresas del sector alimentario en España. Más del 70% de las empresas rehúsan informar sobre la presencia de bisfenol A en sus latas y envases. Sólo 7 empresas encuestadas declararon explícitamente haber retirado ya esta sustancia tóxica de todas sus latas y envases o hacerlo a lo largo de 2015. Los resultados del estudio dejan en evidencia la inacción del Gobierno al no prohibir por ley el bisfenol A pese a la abundancia de datos científicos sobre su nocividad. Se constata una gran falta de transparencia en la industria en lo que respecta a seguridad alimentaria e información al consumidor: sólo 28 empresas aportaron información. Francia ya ha prohibido por ley el bisfenol A en envases alimentarios y la Fundación Vivo Sano, a través de Hogar sin tóxicos, insta al Gobierno español a seguir su ejemplo.

Más del 70% de las empresas que fabrican o venden conservas en España rehúsan proporcionar información sobre la presencia o no de bisfenol A en sus envases en contacto con alimentos. La Fundación Vivo Sano, a través de su campaña Hogar sin tóxicos, encuestó entre septiembre y noviembre de 2014 a 101 empresas que fabrican o venden conservas en España. Los resultados de dicha encuesta se han plasmado en un extenso y detallado informe presentado por Carlos de Prada, responsable de Hogar sin tóxicos, y por el científico Nicolás Olea, catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada e investigador del Centro de Investigación en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP).
De las 101 empresas a las que la Fundación Vivo Sano envió la encuesta –de las que se recibieron 98 acuses de recibo–, 73 no respondieron y sólo 28 aportaron información respecto a su política sobre el bisfenol A, una sustancia química presente en el interior de las latas de conservas y de otros envases de uso alimentario que, según una ingente cantidad de estudios científicos, actúa alterando el funcionamiento de nuestro sistema hormonal incluso a muy bajas concentraciones. Pese a esta evidencia, un total de 10 empresas manifestaron expresamente que el uso del bisfenol A es “seguro para la salud y/o no dijeron haber tomado o estudiado tomar medida alguna para sustituirlo”, según consta en el informe.

LA OTRA CARA DE LA MONEDA
La otra cara de la moneda es que 5 de las empresas encuestadas declararon explícitamente haber retirado ya esta sustancia tóxica de todas sus latas y envases; otras 8 lo han sustituido en mayor o menor proporción o están en proceso de hacerlo (2 de ellas afirmaron que lo eliminarían a lo largo de este año); y 4 empresas más están estudiando eliminarlo, sin mencionar un plazo concreto. El responsable de la campaña Hogar sin tóxicos de la Fundación Vivo Sano, Carlos de Prada, destacó que “los resultados de esta encuesta dejan en evidencia la inacción de la Administración, al mostrar que algunas empresas van por delante de ella y ya están trabajando para eliminar el bisfenol A de sus latas y envases de comida”.
Otra de las conclusiones que se desprenden del estudio es la falta de transparencia que reina en el sector en lo referente a seguridad alimentaria e información al consumidor. “El hecho de que el 70% de las empresas no nos hayan facilitado la información requerida es por sí mismo preocupante. No sólo denota una mala comunicación con el público y un nivel de transparencia manifiestamente mejorable, sino que además pasa por alto el derecho de los consumidores a ser informados sobre los productos que consumen, y más aún cuando se trata de un asunto que preocupa como es la seguridad alimentaria. Es absolutamente improcedente que no se disponga en general de la más mínima información acerca de qué latas o envases alimentarios pueden contener bisfenol A”.

CONTAMINACIÓN ALIMENTARIA
El bisfenol A, BPA por sus siglas en inglés, ha sido relacionado con diferentes problemas de salud, como alteraciones en el sistema reproductor, alteraciones sobre el cerebro y el comportamiento, alteraciones en el sistema inmunológico, etc. El investigador Nicolás Olea subrayó que “todos tenemos bisfenol A en nuestro cuerpo y nos llega sobre todo a través de la alimentación, porque este compuesto tóxico pasa de las latas a los alimentos y los contamina. Puede ser perjudicial incluso a concentraciones tan bajas que es prácticamente imposible establecer un nivel seguro de exposición. Las embarazadas y los bebés están más expuestos, porque el bisfenol A atraviesa la barrera placentaria, por lo que la población hoy en día ya nace contaminada por este tóxico. Por lo tanto, nadie está exento de riesgo y lo único que se puede hacer es prohibir totalmente el bisfenol A en envases de comida y bebida”.
El bisfenol A ha sido asociado a incrementos de riesgo de padecer obesidad, diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares, disminución de la fertilidad, alteraciones tiroideas, alteraciones del sistema inmunológico, cáncer de mama o de próstata, etc. En vista de la creciente evidencia científica disponible, ya se ha comenzado a restringir su uso en distintos países: en la Unión Europea se ha eliminado de los biberones, y Francia ha dictado una ley que lo prohíbe en todo tipo de envases en contacto con alimentos. Sin embargo, en España no existe ninguna legislación al respecto.

PETICIÓN OFICIAL
Carlos de Prada ha recordado la petición oficial enviada al Gobierno español en 2013 desde Hogar sin tóxicos para que se prohíba urgentemente esta sustancia en envases alimentarios. “El Gobierno tiene que velar por la salud de los ciudadanos. Una parte del sector ya se está moviendo hacia la eliminación del bisfenol A y la administración debe regular este proceso y establecer garantías de que las nuevas sustancias que se empleen en su lugar son seguras para la salud”, afirmó el experto de la Fundación Vivo Sano.
Olea, por su parte, incidió en la opacidad que rodea a todas estas sustancias: “Mientras la comunidad científica acumula evidencias sobre los riesgos del bisfenol A, la industria continúa lanzando al mercado otras sustancias químicas como alternativa al BPA, como el bisfenol S y el bisfenol F, sin que se haya hecho una debida evaluación de riesgo previa. Esto es inadmisible y ya es hora de que empecemos a aplicar el principio de precaución, antes de que los daños en nuestra salud sean irreparables”.

ZONA ROJA Y ZONA VERDE
De Prada recordó que el informe de la Fundación Vivo Sano y Hogar sin tóxicos se basa únicamente en las declaraciones voluntarias de las empresas, por lo que su objetivo no es ser una guía de compra para el consumidor, sino más bien hacer un dibujo de la situación a la que se enfrentan, conscientes o no, los ciudadanos. Para ello, las 101 empresas encuestadas han sido situadas, en función de sus respuestas, en tres zonas: roja, amarilla y verde.
La zona roja engloba a las empresas que no aportaron información, o bien que defienden la seguridad del bisfenol A, o que se escudan en que la ley no prohíbe esta sustancia; en esta zona hay un total de 83 empresas. La zona verde incluye a las empresas que afirman no utilizar BPA, estar en proceso avanzado de sustitución o al menos estar estudiando el asunto: 15 empresas. Hay también una zona amarilla, donde se ha incluido una empresa cuya respuesta no clarifica suficientemente su postura sobre el BPA. “Tenemos la esperanza de que este informe sirva para despertar conciencias. Para que los ciudadanos empiecen a moverse y exijan que se respete su derecho a ser informados; para que las empresas sean conscientes de que existe una preocupación sobre la seguridad alimentaria y actúen en consecuencia; y para que el Gobierno tome las riendas en este asunto y regule todo lo referente al bisfenol A”, en palabras de Carlos de Prada.
Mientras tanto, la Fundación Vivo Sano y Hogar sin tóxicos reclaman a las autoridades distintas medidas encaminadas a proteger la seguridad alimentaria de los consumidores, como sancionar a las empresas que se resistan a facilitar este tipo de información cuando se les solicite, así como obligar a las empresas a etiquetar sus productos informando de la presencia o no de bisfenol A y, en caso de haber sido sustituido, sobre las sustancias alternativas elegidas.