La comunidad científica pide a los ayuntamientos reducir la carne
Más de 60 científicos/as de todo el mundo, entre ellos ocho españoles, han firmado una carta demandando a las alcaldías más compromiso con la alimentación sostenible. La ganadería representa el 14’5% de las emisiones de gases de efecto invernadero y, en plena emergencia climática, las ciudades pueden tener un enorme impacto reduciendo su huella de carbono. La ciudad de Nueva York servirá los lunes menús sin carne en sus 1.700 colegios públicos. Esta semana se celebran las reuniones del Pacto de Milán y la Cumbre de Alcaldes C40 para debatir, entre otras cosas, cómo las ciudades pueden frenar la emergencia climática. Reproducimos un texto de Greenpeace por su notable interés para nuestros lectores.
Un destacado grupo de 65 científicos y científicas de once países han pedido en una carta a los alcaldes y alcaldesas de todo el mundo que reduzcan la cantidad de carne que se ofrece en los comedores públicos de sus ciudades para hacer frente a la emergencia climática en la que nos encontramos. En la actualidad, las emisiones de la ganadería, incluyendo los impactos causados por la deforestación para la producción de pastos y piensos, representan el 14,5% de las emisiones globales directas de gases de efecto invernadero, lo mismo que todos los automóviles, trenes, barcos y aviones juntos. Si no se toman medidas contundentes, este porcentaje podría aumentar aún más.
Pete Smith, profesor de la Universidad de Aberdeen y autor principal del Grupo Intergubernamental de Personas Expertas sobre el Cambio Climático (IPCC), ha liderado este llamamiento, en el que también participa, por ejemplo, el conocido científico y locutor canadiense David Suzuki. Unidos solicitan la reducción del consumo de productos ganaderos para así disminuir significativamente el impacto medioambiental de la producción de alimentos y mejorar la salud humana: “Hoy hacemos un llamamiento a los alcaldes y alcaldesas para que creen un futuro saludable tanto para la ciudadanía como para el planeta reduciendo la oferta de carne que se ofrece en las comidas que se sirven en los comedores públicos y aumentando el porcentaje de alimentos de origen vegetal”. [1] [2] [3] [4]
Entre los firmantes, se encuentran ocho españoles, convirtiendo así a España en el segundo país con más representación: Alberto Bernués, investigador en el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria del Gobierno de Aragón; Miguel Delibes, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); Julio Díaz, investigador del Instituto de Salud Carlos III; Mari Cruz Díaz Barradas, profesora catedrática de la Universidad de Sevilla; Mercedes Pardo-Buendía, profesora de la Universidad Carlos III de Madrid; Marta Guadalupe Rivera-Ferre, investigadora en la Universidad de Vic-Universidad Central de Cataluña; Antonio Ruiz de Elvira, profesor catedrático de la Universidad de Alcalá; y Fernando Valladares, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Según Reyes Tirado, portavoz de Greenpeace International: “La huella de carbono de los alimentos de origen vegetal es hasta 100 veces inferior a la de los productos de origen animal. Apostar por los alimentos de origen vegetal es otra forma de ayudar a proteger los bosques del planeta como la Amazonía. Al disminuir gran parte de la demanda de carne y por tanto la de pienso, las ciudades pueden tener un efecto enorme sobre su huella de carbono y de deforestación. Todavía podemos limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, pero necesitamos actuar de inmediato. Los alcaldes y alcaldesas están a cargo de millones de comidas a diario y deberían hacer todo lo posible para crear un futuro saludable tanto para la ciudadanía como para el planeta ”.
Ciudades como Copenhague, donde se celebra esta semana la Cumbre de Alcaldes C40, son un ejemplo de que este cambio es factible. Hace poco esta ciudad aprobó una nueva estrategia alimentaria que tiene como objetivo reducir las emisiones en al menos un 25% para 2025, para lo que disminuirá el consumo de carne y aumentará el de los alimentos de origen vegetal. En España, de momento, solo dos ciudades, Madrid y Barcelona, se han sumado al C40, un conjunto de ciudades que se han comprometido a dar pasos adelante para frenar el cambio climático. En Madrid, la ciudad más poblada del país, el nuevo gobierno municipal debe ser consciente del compromiso asumido y de la urgencia de frenar las peores consecuencias del cambio climático y actuar en conformidad. Barcelona ya contempla en su Plan Clima una medida para la reducción de la oferta de carne y otra para ofrecer una opción vegana y vegetariana, por lo que es el momento de ponerlas en marcha.
Cientos de ciudades participarán en la reunión anual del Pacto de Milán sobre la política alimentaria y urbana -en Montpellier, Francia (7-9 de octubre)-, y en la Cumbre de Alcaldes C40 -en Copenhague, Dinamarca (9-12 de octubre)-. Para apoyar la petición del mundo científico, Greenpeace insta a quienes lideran los gobiernos munincipales y regionales a aprovechar esta oportunidad y comprometerse públicamente a cambiar las políticas alimentarias y reducir significativamente la cantidad de carne que se sirve en los comedores públicos.
Nueva York dio recientemente un paso decisivo en esta dirección y anunció que los lunes se servirán menús sin carne en los 1.700 colegios públicos de la ciudad: más de 1,1 millones de estudiantes comerán una comida vegetariana a la semana. Sin duda, un paso necesario que deben dar otras ciudades.
Petición del mundo científico: https://www.scientists4lessmeat.org/
[1] Bajželj B., Richards K.S., Allwood J.M., Smith P., Dennis J.S., Curmi E. & Gilligan C.A. 2014. The importance of food demand management for climate mitigation. Nature Climate Change 4, 924–929.
[2] https://www.scientists4lessmeat.org/
[3] Gerber, P.J., Steinfeld, H., Henderson, B., Mottet, A., Opio, C., Dijkman, J., Falcucci, A. & Tempio, G. 2013. Tackling climate change through livestock – A global assessment of emissions and mitigation opportunities. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Roma.
[4] Esta petición también cuenta con el apoyo de otros científicos y científicas de renombre como Rodolfo Dirzo, profesor de la Universidad de Stanford; Elena Bennet, profesora de la Universidad McGill; William Ripple, profesor de la Universidad Estatal de Oregón; Marc Dufumier, profesor emérito de AgroParisTech y Vincent Hilomen, profesor de la Universidad de Filipinas.