Jueves 18 de Junio de 2015                   

 

En breve, según han publicado diversos medios, RoundUp, el producto estrella de Monsanto, no podrá venderse libremente en “gardens” de Francia. El herbicida más vendido del mundo contiene glifosato y los estudios muestran que se trata de un producto nocivo y carcinogénico. Ségolène Royal, la ministra de Medio Ambiente gala, ha señalado que su venta estará prohibida en “gardens”, tiendas de jardinería y supermercados. Se trata de una medida efectista, porque seguirá aplicándose en la agricultura francesa, pero todo el mundo sabe que es el principio del fin...


Temblad, capitalistas de Monsanto. Vuestro imperio empieza a resquebrajarse. La revolución “bio” es imparable. La medida de Ségolène Royal es más efectista que otra cosa, porque este producto altamente tóxico seguirá utilizándose en miles y miles de hectáreas de cultivos convencionales franceses. Pero, a veces, todo gran cambio empieza con un primer paso diminuto.
El glifosato es un compuesto químico que la Agencia del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud ha calificado en marzo como “probable” cancerígeno en humanos. Pero todos ya sabemos que instituciones internacionales como la citada son fuertemente presionadas por los lobbies químicos y de otros sectores. Otros muchos estudios independientes muestran la notable toxicidad del glifosato. Muchos otros pesticidas, además del de Monsanto, incorporan este principio químico devastador.
Muchos de nosotros llevamos glifosato en la sangre. Hemos sido expuestos de diferentes maneras. Una de ellas, a través de la dieta. Monsanto se enfrenta a cientos y cientos de juicios en todo el planeta por los efectos devastadores de su producto más vendido en la salud humana. Además, el RoundUp también causa estragos en la diversidad de las zonas agrarias donde es aplicado. Esperemos que esto sea el principio del fin y que pronto, en todo el planeta, sean prohibidos los plaguicidas cuyo fin es acabar con la vida.